domingo, 22 de septiembre de 2013

Tomate, queso y huevo duro para leer a Althusser

“Tomate, queso y huevo duro” 
para leer a Althusser

Recuerdo cuando el año pasado (2012) el periodista Feinman en su programa, entrevista a alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires (y otros)  por los episodios de toma de colegios suscitados por entonces. En su intento denodado por descalificar  a los estudiantes deja en evidencia la capacidad de los jóvenes para el debate, el conocimiento histórico y actual de su protesta, la firme voluntad de lucha por sus ideas y el dominio de sus emociones. Mientras que por otra parte, nos prendamos durante días (porque los medios se encargaron de repetirlo) con la inteligente frase nutricional: “tomate, queso, huevo duro… y lechuga“perteneciente al enjuto periodista que aludía, con desesperación, a solucionar  el conflicto que mantenían con el  buffet del colegio.
Sandwich de libros de cerebro*

En los últimos días, se reavivan las tomas y no es bueno quedarse con lo anecdótico.
Pienso en la clase dominante, si de clases podemos hablar y encima dominante que sin duda me refiero a la política y económica. Es mejor hablar de sectores?
Entonces, nuestro sector dominante, con inteligencia exponencial elige la escuela para sus hijos. Los ubican en espacios de dominio del Estado…  Es factible pensar que estos grandes disertantes en fase larval, subsumidos en su mandato particular, serán nuestros futuros gobernantes. Para un político haber sido educado en colegios y universidades “estatales”, no “elitistas” deja su impronta. Si además fue pobre, ni les cuento (al igual que muchos intelectuales críticos)
Mientras en otras escuelas, sus alumnos se preparan para el encantador debate en el “Modelo de Naciones Unidas”, en un claro y evidente “como sí”, otros colegios lo hacen “de verdad”, los conflictos son reales, las propuestas, las luchas y los debates son reales y bien televisados.


Pero, después de todo, respecto de la veracidad de los debates 
en cuestión es tan sólo una ilusión, una más en nuestra matrix, 
también son un “como sí”, porque para unos pocos, estos debates estudiantiles, sigue siendo una actividad experimental,  estratégica, de aprendizaje sobre construcción de liderazgo, imposición de discurso y de ideología y 
desarrollo manipulativo.  
Hay quienes arman sus novelas familiares y escolares 
con cartón y afiches escritos a mano, mientras que otros pueden hacerlo publicando su proyecto escolar en diarios, revistas y televisión. 

No sólo a través del currículum la escuela es un aparato ideológico de Estado.

Leamos algunos párrafos de Althusser de 1970:
“ ¿Por qué el aparato escolar es realmente el aparato ideológico de Estado dominante en las formaciones sociales capitalistas y cómo funciona? Si todos los aparatos ideológicos de Estado tiene como meta la reproducción de las relaciones de producción, cada uno de ellos lo hará de manera particular: el aparato político sometiendo a los individuos a la ideología política de Estado, la ideología "democrática", "indirecta" (parlamentaria) o "directa" (plebiscitaria o fascista); el aparato de información atiborrando a todos los "ciudadanos" mediante la prensa, la radio, la televisión, con dosis diarias de nacionalismo, chauvinismo, liberalismo, moralismo, etcétera. Lo mismo sucede con el aparato cultural (el rol de los deportes es de primer orden en el chauvinismo), etcétera: el aparato religioso recordando en los sermones y en otras grandes ceremonias de nacimiento, casamiento, o muerte que el hombre sólo es polvo, salvo que sepa amar a sus hermanos hasta el punto de ofrecer su otra mejilla a quien le abofeteó la primera. El aparato familiar.... no insistimos más.
“No obstante, un aparato ideológico de Estado cumple muy bien el rol dominante de ese concierto, aunque no se presten oídos a su música: ¡tan silenciosa es! Se trata de la Escuela. Toma a su cargo a los niños de todas las clases sociales desde el jardín de infantes, y desde el jardín de infantes les inculca -con nuevos y viejos métodos, durante muchos años, precisamente aquellos en los que el niño, atrapado entre el aparato de Estado-familia y el aparato de Estado-escuela, es más vulnerable- "habilidades" recubiertas por la ideología dominante (el idioma, el cálculo, la historia natural, las ciencias, la literatura) o, más directamente, la ideología dominante en estado puro (moral, instrucción cívica, filosofía). Hacia el sexto año, una gran masa de niños cae "en la producción”: son los obreros o los pequeños campesinos. Otra parte de la juventud escolarizable continúa: bien que mal se encamina y termina por cubrir puestos de pequeños y medianos cuadros, empleados, funcionarios pequeños y medianos, pequeño-burgueses de todo tipo. Una última parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupación intelectual, ya para proporcionar, además de los "intelectuales del trabajador colectivo", los agentes de la explotación (capitalistas, empresarios), los agentes de la represión (militares, policías, políticos, administradores, etc.) y los profesionales de la ideología (sacerdotes de todo tipo, la mayoría de los cuales son “laicos" convencidos). Cada grupo está prácticamente provisto de la ideología que conviene al rol que debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado (con "conciencia profesional", "moral", "cívica", "nacional" y apolítica altamente "desarrollada"), rol de agente de la explotación (saber mandar y hablar a los obreros: las "relaciones humanas"): de agentes de la represión (saber mandar y hacerse obedecer "sin discutir" o saber manejar la demagogia de la retórica de los dirigentes políticos), o de profesionales de la ideología que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir el desprecio, el chantaje, la demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud¡ la "Trascendencia", la Nación, el rol de Francia en el Mundo, etcétera. Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignación, sumisión por una parte, y por otra cinismo, desprecio, altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseñan también en la familia, la iglesia, el ejército, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los estadios. Pero ningún aparato ideológico de Estado dispone durante tantos años de la audiencia obligatoria (y, por si fuera poco, gratuita ...), 5 a 6 días sobre 7 a razón de 8 horas diarias, de formación social capitalista…” Althusser Louis “Ideología y aparatos ideológicos de Estado”, Nueva Visión, 1970

Pero acá la cuestión es algo diferente, cierto sector se vale de la escuela 
para imponer sus estrategias de reproducción e imposición.

         Las escuelas no son ideológicamente inocentes ni se limitan a reproducir las relaciones e intereses sociales dominantes. Paralelamente, las escuelas producen formas de regulación política y moral íntimamente conectadas con la tecnología del poder, las cuales a su vez producen asimetrías en las habilidades de los individuos y grupos para definir y percatarse de sus necesidades.
      
     Psicopedagogía Crítica: Recuperar el lugar 
       de resistencia en la escuela donde todos 
          podamos pensar de qué lado estamos 
                     y hacia dónde vamos.




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